Ruta circular de dificultad media, con un desnivel de 396 m entre la cota máxima y mínima. Discurre por La Pedriza, entorno natural de gran importancia geológica y paisajística que forma parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. La ruta, que comienza en el castillo de los Mendoza de Manzanares el Real, pone en valor diversos hitos naturales como formas rocosas, riscos y miradores desde los que obtener espectaculares vistas sobre el embalse de Santillana y la villa de Manzanares el Real.
Longitud: 15,4 km. Duración: 5 horas y 30 minutos.
El castillo de los Mendoza es el verdadero emblema de Manzanares El Real. Representa la plasmación arquitectónica de una sociedad a caballo entre dos épocas, la caballeresca medieval y sus elementos defensivos, como el antemuro o la entrada acodada, y la renacentista humanista, con sus grandes salones, fachadas decoradas y magníficos miradores, más propio de un palacio. Es el castillo mejor conservado de la Comunidad de Madrid comenzó a construirse en 1475, en estilo gótico isabelino, y es considerada la más bella muestra de la arquitectura militar española del siglo XV.
La fuente de las Ermitas se sitúa sobre la cañada Real Segoviana, una de las vías pecuarias más importantes de la Península, entre dos ermitas ya desaparecidas y en el ugar de reunión de la Mesta. Fue una infraestructura clave para el abastecimiento de agua de personas y ganado. Su construcción se debe al II duque del Infantado, Don Íñigo López de Mendoza, a finales del siglo XV.
Hace referencia al terreno de dehesa comunal destinada al pasto de ganado vacuno de labor. Se localiza al norte del embalse de Santillana y al oeste del macizo de La Pedriza, donde podremos acceder por distintas sendas.
Roca de granito aislada y de gran tamaño.
Se trata de una antigua cantera de lamprófido que forma una brecha de unos 300 m de longitud.
La Gran Cañada es un estrecho collado a unos 1.300 m de altitud.
Se alza a 1.289 m de altitud y marca el inicio del itinerario de descenso hacia Manzanares el Real.
Se trata de un espacio natural situado entre los roquedos de El Canchal y El Rincón, con impresionantes vistas sobre el embalse de Santillana. Fue el lugar elegido para el rodaje de grandes superproducciones de western italoamericanos y películas como Rey de Reyes, El Cid o La Caída del Imperio Romano.